sábado, 11 de febrero de 2012

La bestia de Gevaudan

En documentos oficiales que describen los crímenes llevados a cabo por la Bestia de Gevaudan que describen las autopsias practicadas en aquel entonces a los cadáveres se revelaron claros indicios de agresión sexual en algunos de los cuerpos de las mujeres y niñas mutilados por el enigmático asesino.
La leyenda cuenta que una "bestia" desconocida mantuvo aterrorizados a los habitantes de la comarca de Gevaudan, en Francia, al devorar cerca de un centenar de personas entre 1764 y 1767. Si bien se han barajado las más diversas hipótesis especulando acerca de un enorme lobo e incluso de un hombre lobo, nunca se pudo determinar la identidad real de este monstruo.


Todo lo que se ha escrito hasta el momento acerca de este extraño caso es enormemente curioso y extraño. Llama la atención, que las hipótesis que se han vertido sobre el caso sean tan dispares e incluso a veces disparatadas, es realmente sorprendente las sombras que todavía existen en este caso.


Nunca un lobo ha sido una amenaza tan seria para el ser humano, y más alucinante todavía es pensar que uno solo de estos animales, que suelen atacar en grupo, se atreva a eliminar a unas cien personas con el sadismo y saña del que se servía esta Bestia. Por otro es difíci de creer que se haya tratado de un hombre lobo que bajo los efectos de la luna llena decapitase a toda esa gente para luego devorarla...Esta teoría es realmente disparatada y peregrina, a mi modo de ver.


En la revista "Mas Allá" se publicaba un extenso artículo en el que Carlos Chevallier Marina expone en su artículo una gran investigación acerca del misterio de esta Bestia. En este artículo se señala un detalle muy importante que nunca anteriormente había sido apuntado. La posibilidad de que el agresor fuese uno, o varios hombres, de instintos algo más que sádicos. Al parecer, en algunos de los cadáveres se hallarón indicios de agresiones sexuales que evidentemente no han podido ser perpetrados por un animal salvaje.


Dejando a un lado los numerosos relatos más o menos novelados acerca del la Bestia de Gevaudan, existen documentos oficiales que describen los crímenes llevados a cabo por éste ser.


El primer estudio serio fué realizado por el abad François Fabre en 1901, quien demostró documentalmente que habían sido exactamente 70 las víctimas (la gran mayoría niñas y mujeres jóvenes), además de otros 76 ataques y enfrentamientos con 27 heridos de diversa consideración.


En las autopsias realizadas entonces a los cadáveres, se revelaron claros indicios de agresión sexual en algunos de los cuerpos de las mujeres y niñas mutiladas por el enigmático asesino, lo cual dio lugar a rumores tales que la Bestia no era un animal sino uno o varios maníacos que habitarían en los bosques, o incluso algún señor feudal que se aprovechó de su poder, agrediendo y violando a las jóvenes campesinas en los desolados prados de Auvernia.


El primer ataque constatado, tuvo lugar el 30 de junio de 1764, donde la Bestia devoró a una niña de 14 años. En los días siguientes decapitó y mutiló a otras dos niñas de 15 y 12 años, así como a un joven de 15 y a una mujer de 32, todos ellos en la misma provincia pero de diferentes localidades de Gevaudan.Así continuó aumentando su larga lista de víctimas, a una media de dos victimas por semana.


El problema se convirtió en tan grave que los aristócratas locales realmente inquietos por esa situación solicitaron la intervención de un cuerpo de caballería de la Corona para dar caza al o a los asesinos.
Tras varios meses de infructuosa búsqueda y como éstos no daban con el animal. Los lugareños recurrieron al propio rey Luis XV, quien ofreció una recompensa elevada al que pudiese dar caza al asesino. Ésta noticia atravesó las fronteras de Francia, provocando la llegada masiva de cazadores la misma Francia, así como de otros países europeos.


La codícia por la generosa recompensa ofrecida por el monarca, provocó la competencia individual. La competéncia fue tal que incluso los numerosos rastreadores y cazadores dejaban pistas falsas para engañarse unos a otros.


Este panorama fue aprovechado por los países enfrentados a Francia para ridiculizar al monarca francés, como Prusia e Inglaterra, quienes con sorna repitieron hasta la saciedad que "cómo un país puede amenazar militarmente a grandes potencias, cuando su ejército no es capaz de cazar una simple fiera en su propio país". Las burlas indignaron de tal manera al rey, quién para acabar definitivamente con la Bestia envió a varios de sus hombres de confianza, aunque estos tampoco tuvieron más éxito. Mientras tanto, el "monstruo" seguía asesinando y devorando más víctimas.


En varias ocasiones los cazarecompensas dieron caza a enormes lobos, haciendo que se disparase la euforia colectiva al creer que la Bestia había sido atrapada y dando por cerrado el caso en varias ocasiones. Pero la Bestia siempre volvía a realizar ataques a mujeres y niños, añadiendo nuevas víctimas a su ya larga lista. El gasto de las batidas y las sucesivas cacerías recayó sobre los campesinos, quienes se vieron obligados a mantener a las tropas del rey pagando impuestos más elevados. a lo que se añadía que muchos, por su miedo al monstruo se negaban a salir a trabajar al campo, razones que agravaban su habitual pobreza y convirtieron la región en un polvorín social.


En uno de los ataques la mujer Marie Jean Vallet, una criada del cura de Paulhac, dijo haber herido de muerte a la bestia con una bayoneta cuando ésta se disponía a atacarla. De nuevo se dio por muerta a la Bestia, debido a las graves lesiones que está mujer dijo haber ocasionado en el monstruo. Pero unos meses más tarde, la bestia volvió a aparecer y volvió a atacar a otros lugareños.


Los lugareños comenzaron a creer que ese animal era un ser sobrenatural y la encarnación de la Bestia del Apocalipsis o un enviado el propio satanás para acabar con ellos. También se llegó al extremo de culpar a los zíngaros y a los nómadas que cruzaban el territorio francés de haber dejado escapar una fiera de sus circos, o de haber hechizado un animal para que causase esos daños.


De todos los rumores, el que más fuerza cobró fue el que acusaba a un hombre,Antoine Chastel.Este era un joven de carácter asocial que vivía aislado en los bosques desde los 19 años criando perros asilvestrados y otras alimañas. Finalmente fue el propio padre de este muchacho, el veterano cazador y gran perseguidor de la Bestia, Jean Chastel, quien dio caza al temido animal, matándolo el 19 de junio de 1767 con el disparo de una sola bala fundida a partir de dos medallas de plata de la Virgen María. Ni que decir tiene que este hombre se convirtió en un héroe de la región de Auvernia.

El rey pidió que el cadáver del animal fuese trasladado a la Corte, pero desgraciadamente durante el traslado y por el calor el cuerpo llegó a Versalles completamente descompuesto. El rey no pudo más que donar su esqueleto al Museo de Ciencias Naturales de París, donde se conservó hasta la revolución de 1830, fecha en la que en plena sublevación contra Carlos X un incendio fué ocasionado en dicho museo, calcinándose tanto esos huesos como la mayoría de los grabados sobre el "monstruo".




Según consta en las actas notariales y en los archivos departamentales de Puy-de-Dôme. En la necropsia realizada al cadáver de la Bestia se pudo constatar la presencia de las numerosas cicatrices de las heridas proferidas por los campesinos que a ella se enfrentaron. Al ser abiertas las cavidades abdominal y craneana fueron extraídos del estómago las vísceras de un animal, unos huesos de cordero y la cabeza y el fémur de un niño. En el interior de su cabeza sólo había un minúsculo cerebro en proceso de descomposición, mientras que el resto del cráneo era una masa ósea espesa, donde se sujetaban las membranas de una muy potente mandíbula. Además, se certificó la causa exacta de su muerte: "La bala disparada por el fusil del llamado Jean Chastel, la cual traspasó la nuca del animal y arrasó las cuatro primeras vértebras..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario